Fueron precisamente los ultramaratonianos los encargados de abrir el fuego el viernes por la noche tras el consiguiente ritual de la Baila de Ibio. Pistoletazo de salida con el Tambuey como nueva dificultad montañosa propuesta por los organizadores para quienes optaran por la distancia de 110 km (en la de 75 km se repetía el mismo trazado que en la anterior edición). Un nuevo perfil con una belleza de la que resulta imposible abstraerse. Tino Zaballa, ganador de cinco Soplaoman consecutivos, superó el reto en primer lugar con un tiempo de 12h:59m:47s. El nuevo recorrido tocó la fibra sensible del exciclista. “Quiero dar las gracias a la Organización. Han hecho un trabajo espectacular. Nadie puede poner una pega. Se merecen que nos volquemos con la prueba porque ellos se han volcado con los participantes”, comentaba radiante al cruzar la Meta.
Salvo una ligera llovizna al inicio de la mañana del sábado, la lluvia apenas hizo acto de aparición. La bici de montaña, que volvía a concitar a la mitad de los deportistas inscritos, dio su salida habitual a las 8 de la mañana. También ellos estrenaban trazado con una doble ascensión al Negreo, inédita hasta la fecha. Más dificultad y sufrimiento sobre la bicicleta. Más disfrute para la mayoría, como se comentaba entre los corrillos al finalizar el reto. “Me he enamorado de esta prueba”, decía sonriendo el ciclista profesional Ángel Madrazo (Burgos BH), que no dudó en salir a su propio ritmo para completar los 160 km de máxima exigencia en 06:46:53.
Imprimió un fuerte ritmo de salida que nadie pudo seguir. “De repente, al poco de empezar me han dicho que aventajaba en 5 minutos a los demás, así que luego, sencillamente, he ido administrando esa renta”, comentaba un satisfecho Madrazo en la línea de llegada. Tras él, otro profesional, José Manuel Gutiérrez (“El Gallo”) y Roberto Fernández Garrido, que aventajaron al resto de deportistas populares.
Las sucesivas horas fueron un reguero de historias, promesas y retos personales. Como la del asturiano Marcos Antonio Molina (Corvera de Asturias), que fue el más rápido en la distancia de 110 km de bici de montaña. “El Soplao nunca defrauda. Es la novena vez que vengo”, comentaba antes de romper a llorar en el momento de dedicar a sus padres la gesta recién protagonizada. “Es que tengo a los dos enfermos, así que esto va para ellos”. O el campurriano, Raúl Pérez Nestar, que ya sabe lo que es ser el más rápido de la Maratón de El Soplao en anteriores ocasiones, aunque “siempre es gratificante hacerlo bien”.
En féminas, la atleta de Cabezón de la Sal, Vanesa Cadavieco, fue la primera mujer en certificar la gesta de cubrir los 110 km de ultramaratón, mientras que la castreña Eva de los Ríos hizo lo propio en la distancia de Maratón. Aunque si por algo destacó esta edición de Los 10.000 del Soplao by TotalEnergies fue por la inmensa cantidad de público que salió a la calle para recibir entre aplausos el paso de los deportistas. No sólo en la Salida y Meta de Cabezón de la Sal. El paso por la localidad de Ruente se ha convertido en un constante peregrinaje de aficionados y hasta en el valle del Nansa nadie quiso perderse el paso de la caravana del Infierno Cántabro.
Por faltar, y por aquello de recuperar las costumbres previas a la pandemia, también regresó la habitual petición de matrimonio por sorpresa en la línea de llegada. Miguel y Charo eran hasta ayer dos aficionados más a la bicicleta de montaña. Una simpática pareja llegada desde Pontevedra que cumplía su segunda participación en Los 10.000 del Soplao. Miguel había preparado la sorpresa con esmero. “Ya que somos novios y hemos terminado juntos el Soplao, tenemos que dar un paso más. ¿Te quieres casar conmigo?”, dijo de repente hincando la rodilla en el suelo y sacando un anillo del bolsillo de su maillot. Rosario abrió la boca incrédula. “¿Cómo?”, respondió estupefacta antes de llorar de pura emoción. “Sí, claro que sí”.
En la prueba femenina de la ultramaratón de 110 kilómetros, Vanesa Cadavieco, del Villa de Cabezón, fue la más rápida en cubrir el recorrido (18:11:19). La atleta de Cabezón de la Sal ya se había subido al primer escalón en la maratón de 2022 y en la edición de 2019. El segundo puesto lo ocupó Cristina Femenia (18:59:38). Así fue transcurriendo la tarde, en medio de historias irrepetibles, porque Los 10.000 del Soplao guardan tantas vivencias como participantes. Cada uno tiene su propio recuerdo, motivación, promesa o esperanza. Cada uno es diferente y nada tiene que ver con quien corre o camina a su lado. Como todos esos ejemplos de superación y lección de vida que nos deja la Ruta Adaptada a través de las diferentes asociaciones que dan color a dicha modalidad: Arrastrasillas, Cochete Team, Cuestión de Actitud y el Centro de Educación Especial Fernando Arce, con quien empezó años atrás esa maravillosa reivindicación de una sociedad más justa, madura e inclusiva. Por faltar, no faltaron a la cita, a pesar del intenso viento que sopló durante horas, los más de treinta pilotos de parapente inscritos en la prueba. Tuvieron que improvisar un exigente raid aéreo con doble paso desde Mazcuerras a la Cueva de El Soplao. En total, más de 38 km surcando el cielo que Mario Diego consiguió terminar en 1h 12m.
Ese transcurrir de vivencias nos llevó a las 11 de la noche. Casi 24 horas después de emprender la marcha llegaron los últimos participantes de la Ultramaratón. Ellos abrochaban esos cuatro años de espera, al ansiado retorno a la marca original de Los 10.000 del Soplao. Todos juntos, todos a la vez. El sueño volvió a cumplirse y todavía no ha finalizado, puesto que en dos semanas la prueba de Ciclismo de Carretera volverá a inundar de color Cabezón de la Sal. Será el preludio a la modalidad de Natación en Aguas Abiertas, que cerrará el telón el próximo 10 de Junio a Los 10.000 del Soplao by TotalEnergies 2023.